EL PRIMER VIAJE FUERA DE SANABRIA
Uno, yo, tengo una
querencia especial por La Alta Sanabria, incluso por Sanabria en
general. A pesar de llevar viviendo bastante más de la mitad de mi
vida, aprendiendo de tierras y costumbres distintas, lo de ser Xabrés,
“marca”. Ya lo creo que marca.
Desde que apareció
Sanabria:memoria del siglo XXI, me ha gustado la idea, y he tomado la
decisión de escribir una especie de autorrelato o autobiografía,
como queráis llamarle, donde intentaré contar, mis vivencias
“xabresas” y las sufridas por un “xabrés” a lo largo de su,
hasta ahora, existencia,
Las cosas, cuando
se inician, siempre se deben empezar por el principio, es lo que voy
a pretender hacer, aunque no siempre siga el orden cronológico de
los acontecimientos.
Esta primera
historia o relato, comienza cuando los hados deciden que un
Altoxabrés, inicie una formación, hasta la fecha reservada solo a
los que la empezaban en los seminarios de la época, otro tipo de
formación en nuestra comarca solo estaba al alcance de los que
habían ganado la guerra y a los buenos contrabandistas, cosa que no
era el caso.
Los representantes
de los hado habían decidido que el Xabrés de la Alta Xeabra, debería
iniciar su formación fuera de la comarca, cocretamente en la comarca
de La Vega conocida como Benavente.
La primera
experiencia de la deslocalización, referida después de sesenta años
mas tarde, es cuando menos cómica por no decir trágica.
El lugar de origen
era San Cirpián de Hermisende, y es aquí donde comienza la odisea
de un chaval de once o doce años.
La condición, sine
qua non, para poder estudiar en aquel centro, debía llevar ropas de
cama. Los frailes no acostumbraban a tener sabanas y demás utensilios
para poder dormir, solo ponían los somieres encima de cuatro patas,
el resto era cose del alumno y de su familia.
Llega el día de la
incorporación. Mi padre pide prestada una burra, nosotros no
teníamos, para desplazarnos con la pequeña maleta y la colchoneta
enrollada con las sabanas y mantas que deberían servir para pasar las
noches en sabe Dios donde.
El primer viaje,
en burra, era hasta Lubian, donde deberíamos coger el tren correo que
hacia el trayecto de Orense a Puebla de Sanabria, donde deberíamos
dormir hasta el día siguiente .
Después de pasar la
noche en la Venta de Pichiriche en casa de un primo de mi padre, nos
ahorrabamos la dormida en casa de Las Moranas. Los dineros eran
escasos en la casa de un carpintero.
A la mañana
siguiente debíamos coger un autobús, que nos llevaría hasta Mombuey,
donde había que hacer transbordo a otro, por la tarde que nos
llevaría hasta Benavente, con toda nuestra carga de traperos.
Un trayecto que
hoy, yo hago en una hora y cuarto, de aquella había que invertir día
y medio, mas el tiempo de regreso del acompañante, nos llevaba a mas
de dos días.
Como veis, este fue
el primer contacto con un mundo totalmente desconocido por mi.
De la estancia en
el centro de formación y sus vicisitudes hablaremos otro día.
Ahora me conformo
con dejar constancia con como eran las comunicaciones en nuestra
comarca en aquella época.
Eso sí, los viajes
no daban tiempo al aburrimiento, sobretodo cuando se iba descubriendo
un mundo detrás de las montañas que nos cobijaban cuando nacíamos.
Falaremos do mundo
estudiantil prieiramente coñecido, pero ó mellor en galego-xabrés.
Si que mudaron os tempos !.
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