Caza en Sanabria. Soy
un cazador desde la época en la que cazar un conejo, una liebre o una perdiz,
era una de las pocas maneras de acercar al gaznate algo de carne que no fuese
de cerdo.
En Sanabria, siempre
se ha presumido de una carne de ternera excelente. En los restaurantes de la
capital del reino, se anuncia dicha carne como algo excepcional, comparándola
con las mejores carnes de vacuno de las mejores zonas consideradas como tales. Pero
aquella carne era para los que podian pagarla.
Se cazaba en momentos
libres. Había un momento libre y se decía: vou
matar un coello as Cegudas. Vou hasta as Terra da Chave a matar unha lebre que
onte viu o pastor por alí. Esto entre los cazadores era una manera de
hablar corriente.
Se mataba un conejo,
las perdices aparte de que era mas difícil cazarlas no tenían carne suficiente
para una familia mediana. Un conejo con patatas daba para comer cuatro o cinco
personas y si era necesario que comiesen más simplemente se le añadían unas
patatas mas y daba para todos.
A mediados del siglo
pasado, la caza, para aquellos que la practicaban, era un medio para salirse de
la rutina diaria a la hora de comer.caldo de berzas con tocino y a veces sin
esto último, pues tampoco era excesivamente abundante.
Con el correr del
tiempo la caza se transformó en lo que llaman un deporte, nombre con el que no
estoy en absoluto de acuerdo. Un deporte por el que te cobra todo el que puede.
Permisos de armas que hay que renovar cada poco tiempo. Licencias para poder
cazar que cada año debes pagar. Cotos que hay que pagar y que nunca están del
todo dentro de la legalidad, siempre con consentimiento de las autoridades del
momento, y todo el gasto que el propio ejercicio conlleva.
Precisamente por el
mero hecho de que muchos cazadores se gasten un dinero en el ejercicio de la
caza, éstos se sienten con la obligación
de rentabilizar el dinero que gastan llevándose el mayor número de piezas
posible, Se convierten en verdaderos carniceros.
Desde que se abrió la
temporada de caza de este año, un servidor de ustedes ha ido tres días de caza.
¡No he matado nada!. Ni tan siquiera he
disparado un tiro. Sin embargo estoy muy contento por varios motivos. Primero
porque estoy enseñando una cachorrita de Perdiguero de Burgos, y se porta a las
mil maravillas. Va por el monte buscando cosas. No sabe lo que busca pero busca.
Yo solo con andar detrás de ella, ya me doy por satisfecho. Si algún día descubre
lo que hay que buscar, me daré por satisfecho doblemente.
Segunda, camino unas
cuantas horas por el monte, cosa no poco baladí. Cuando llega una cierta edad,
el no perder la ilusión de patear las montañas sanabresa, no es moco de pavo.
Tercera la compañía de algún amigo y sobretodo la de mi hermano, que a la hora
de comer el bocadillo nos dá pié para arreglar el mundo mundial, y si viene al
caso mandar al paredón a algún gerifalte que otro. Seguramente hay alguna mas
pero con esas me conformo.
Ya casi no hay caza.
Demasiada caza mayor, corzos y jabalíes, caza para que se diviertan los mas
pudientes, o que más capacidad de empeño
tengan.
Yo por mi parte, con
la compañía, el cariño de “Lupa”, y ver,
aunque sea de lejos alguna perdiz, estoy satisfecho.Pero desde aquí aviso a las
autoridades de la cosa, con mi dinero que no cuente más. Cada vez lo hacen peor
y cada vez quieren cobrar mas. Si quieren “pasta” que se la curren como cada
hijo de vecino.
Para unha que non ten nin idea de caza disfrutei estas letras túas.
ResponderEliminarUnha forte aperta.
Aleda moito saber que alguén disfruta coas chorradas do abó "Cebolleta".
ResponderEliminarApertas.