jueves, 3 de marzo de 2016

QUIERO MORIRME YO SOLO.



        YA HA EMPEZADO EL DESAHUCIO DE LAS VIDAS DE LOS          PENSIONISTAS.

  Siempre, o casi, escribo, por lo menos lo intento, en el Galaico-portugues-sanabrés de la tierra de mis antepasados. Pero en esta ocasión quiero hacerlo en el idioma castellano por si alguien lee esto y pone la disculpa de que no se entera por no conocer en que idioma está escrito. (También puede ser que ese alguien, no se entere de ninguna manera, sin ser culpa del idioma).
  Aquí el desahucio de la vidas de los pensionistas esta en manos de la Conselleria de Sanidad.
  Intentaré explicarme : Los hospitales en Vigo los están llevando fuera de la ciudad(como aquellos ghetos de leprosos) y como consecuencia de tal situación el mero hecho de acercarse a él ya es un problema. No todos tienen coche, los servicios de autobuses, suelen andar a su aire. Encima, los que se acercan en coche no tiene donde estacionarlo, y lo de ir y venir e taxi es excesivamente gravoso para unas economías ya de por sí deterioradas.
  En Vigo en los últimos años se han habilitado dos hospitales en Valladares y en la zona del Meixoeiro. Mi sorpresa vino cuando me enteré que el Xeral era cerrado, con el consiguiente traslado del personal a los mencionados. No ha quedado en el centro nada que pueda ayudar a una urgencia urgente. Pude darse el caso que cuando llegue el paciente a cualquiera de los dos nuevos ya sea tarde.
 En principio decían que el edificio del Xeral estaba obsoleto, después de haberse gastado hace muy poco tiempo un dineral en, por lo menos la fachada. Ahora resulta que quieren llevar al viejo Chuvi, la ciudad de la Justicia. Parece que para eso no está obsoleto. Yo me pregunto, porque no al revés. De todas formas la Justicia tiene un par de buenos edificios en la calle Lalin y son todavia nuevos.
  Continuemos con el desahucio, estos días una molesta gripe se habia apoderado de mi cuerpo, nada particular, hasta que una tarde la fiebre se puso en 38º . Sabia que no debía tomar un determinado analgésico, pues soy consumidor habitual de Sintrom, y ese en concreto ya sabia que no debía usarlo, pero entre los restantes también podría haber alguno que hiciese el mismo mal efecto.
  Como no era una cosa muy grave, pensé que por teléfono podría solucionarlo, que el galen@, me dijera cual podía tomar para bajar la fiebre. Aquí pasó como a Don Quijote y Sancho, que con la iglesia había topado. Después de pelearme con una o varias máquinas, conseguí hablar con un auxiliar, que me dijo que tenia que pedir cita y que dada la hora tenia que ser para el día siguiente, le explique lo mejor que pude que solo quería saber que analgésico debería tomar para que no interfiriera con el Sintrom que estoy tomando. Pués que no
  Solución voy al centro de salud a urgencias, así lo que podía soluccionar una llamada en dos minutos, llevaría, a mi una hora ocuparía unos minutos largos a un galen@, solo para hacer una pregunta. Bueno, pienso, de paso me pueden auscultar la garganta y decirme como va la gripe.
  Llego al centro de salud, en el mostrador pido la consulta “urgente”, me encamino hacia la planta correspondiente, en el camino me cruzo con el Galen@, que me corresponde que se iba le explico que, que bien que está ahi y que voy por lo que ya he relatado. Llevaba prisa, ya había terminado su jornada y yo debería darme prisa pués no tardarían en cerrar el centro, con lo que yo ya me veía en urgencias de uno de esos nuevos hospitales. A saber que pasaría.
  Me recibe el-la responsable de urgencias ese día,  me pregunta que qué me pasa, le digo que tengo una buena gripe, cosa que asusta y lo primero que hace es ponerse  una mascarilla.
  Me dice que analgésicos debo tomar y punto final.
  Yo esperaba que por lo menos me tomara el pulso o la fiebre. Pero ni por esas.
  Es decir, la gripe se está retirando gracias a las defensas de mi cuerpo, pero no a la sanidad.
  Todavía estoy echando de menos aquellos médicos, mas o menos de mi edad, que se convertían en amigos, y que eran capaces, en medio de la calle de pararse contigo y preguntarte como te trataba la vida.
  Esto me lleva a una reflexión: Aveces nos quejamos de los políticos (con razón), pero no nos damos cuenta que somos nosotros mismos los que mas colaboramos al deterioro de las cosas, por pereza o por abandono.

 Ah, a aquellos médicos de mi edad, pocos de los actuales le llegarían a la suela de los zapatos