sábado, 6 de noviembre de 2010

REFLEXIONES DEL CAMINO


 Estos días he estado acompañando a dos peregrinas en el camino de Santiago. Ellas caminaban, yo les hacia de coche escoba y acompañante por las tardes y noche.
 Iniciaron el camino en O Cebreiro, y yo me uní a ellas en Palas de Rei.
 En el último tramo de cada etapa, yo dejaba el coche y “hacia” el camino al revés, es decir parecía que lo desandaba. Esto me dio la ocasión de cruzarme con muchos caminantes. Tengo que decir que eran muchos, sobre todo a la hora en la que yo caminaba.
 Cuando te acercabas a algún caminante que venia en sentido contrario, ya empezaban a sonreír y todos, absolutamente todos decían algo. Era como si todos tuviesen la necesidad de hablar con alguien.
 Tuve la oportunidad de hablar algo con algunos, y creo que todos coincidían en una cosa, no querían llegar a Santiago el día que estaba el Papa.
 Ayer Viernes, llegamos nosotros a Santiago y ya se empezaba a notar lo que iba a ser aquella ciudad el día de hoy. El primer control que sufrí, fue al pié del Monte do Gozo, había tanta guardia civil, que parecía que estaba en un país levantado en armas.
 Otro control a la entrada de Santiago y el vernos obligados a enseñar la documentación, cuando, después de comer, nos dirigíamos a coger el coche para volver a Vigo. No tenia intención de ir a Santiago el Sábado, pero si hubiese sido así, seguro que perdía todas las ganas de volver.
 Uno no es excesivamente creyente (Cuanto Daria por tener la fe del carbonero y no hacerme preguntas, seguro que eso debe ser más fácil), y es por eso que no comprendo demasiado estas manifestaciones de parafernalia y ostentación, sin contar con las molestias causadas a los ciudadanos de Santiago, que según muchos, saldrían de la ciudad el viernes.
 Hable con el encargado de dos restaurantes, y me dijeron que era uno de los peores días de su negocio, y que no tenían esperanza ninguna en que mejorase el día de marras.
 He llegado a la conclusión de que solo merece la pena ese esfuerzo que hacen muchos ciudadanos del mundo, pués vi. de todas las razas, sin necesidad de fastos de ningún tipo, y que creo regresan a sus hogares satisfechos y contentos de haber estado en el camino.
 He hecho la promesa de hacer el camino a Finisterre desde, a lo mejor, el Padornelo, con la única ilusión de caminar y ver el Mar Tenebroso desde el punto mas alto do Facho.

5 comentarios:

  1. La experiencia del Camino bien merece la pena vivirla; en mi caso, quizás la parte menos satisfactoria fue precisamente la llegada a Santiago -yo también llegué en año santo. La opción de acabar en Finisterre es la correcta!
    También he hecho la vía sanabresa, desde Rio Negro al límite de la provincia: sí puedes, empieza por lo menos en Puebla. El tramo de Requejo, no por la carretera, es duro pero de gran belleza.
    Abrazos

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  2. Estoy dispuesto a hacer algo de proselitismo del camino de Finisterrae. Si alguien se apunta, podemos hacerlo desde donde tú dices, pero eso sí, con una condición previa:Llegaremos cuando sea
    no a tiempo definido.
    Lo siento pero ya casi tengo todo el tiempo del mundo.
    Un abrazo.

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  3. Eu cada vez teño menos gañas de facer o camiño e menos para ver certas cousas.

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  4. A ver Paideleo: coido que estamos na mesma. Mais percorrer o camiño á fin do mundo, non ten moito que ver coas relixions.

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  5. Ay, Xabres: ya me gustaría. Pero tiempo es lo que a mi me falta.
    Abrazos

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