jueves, 15 de marzo de 2012

HISTÓRIAS DE HOSPITALES I



 Estancia hospitalaria.-
 El día siete de marzo de 2012, a las diez de la noche, aproximadamente, he sufrido un AIT leve. Esto no tiene mayor importancia ahora, pues una vez superado sin secuelas solo queda contarlo. Todo ello, me ha dado pié, de manera involuntaria, de pasar unos días internado en el CHUVI (Complexo Hospitalario Universitario de Vigo), lo que me ha proporcionado una serie de vivencias que, de no haber sido por el “problema” no hubiese tenido, y que me han hecho reflexionar bastante. Son estas consideraciones y anécdotas las que quiero compartir con vosotros.
 El día referido al principio, después del susto morrocotudo de verme abocado y con miedo a perder el habla, vino una ambulancia a mi casa a buscarme a mi y a mi compañera, para que nos echasen un ojo en la sección de urgencias del hospital.
 Llegamos al hospital y una vez allí nos encontramos con todos los pasillos y Boxes completamente llenos de personas con problemas de salud. Hasta aquí todo normal pues los hospitales ha sido edificados con la idea de que todo aquel que se sintiese con problemas fuese internado y los profesionales de la Medicina (M) le atendiesen para aliviarle sus dolores, diagnosticarle, determinar un tratamiento y devolverlo a su casa una vez que recobre su salud.
 Allí, los profesionales de la salud, estaban totalmente desbordados, andaban atendiendo a todo el mundo como podían y pidiendo disculpas por no poder acelerar los procesos de atención. Estaban pidiéndonos disculpas que a ellos no les correspondía hacerlas, pues la escasez de personal no es cosa que se les pueda imputar a ellos. ¡Bastante tienen con  desarrollar su trabajo en unas condiciones de estrés sin nombre!
 Desde aquí quiero denunciar la situación a la que está llegando la Sanidad española, considerada como una de las mejores del mundo, por culpa de la mala gestión de unos políticos, que independientemente de su color político,  ahora nos están quitando o dejando morir una sanidad pública, costeada con los impuestos de todos los españoles, y llevada a niveles no concebidos no hace demasiado tiempo por los profesionales de la medicina.
 Una vez que me hicieron las pruebas pertinentes y que deciden que debo quedarme ingresado unos días, me viene otro pequeño calvario: NO HAY CAMAS DISPONIBLES.
 Pasadas las cuatro de la madrugada, me dicen que me llevan a una planta. En realidad debería ir a la plante de Neurología, pero la cama disponible está en Traumatología. Aquí he recibido la lección de entrega y cariño hacia un paciente que jamás hubiese imaginado. Al lado de mi cama había un señor, que luego supe que había estado mas de un mes en coma por un accidente, y acompañándole había otro hombre, que durante todo el tiempo que quedaba de la noche, no se separó ni un segundo de su cama, tapándole, limpiándole, dándole masajes, ayudándole a mover los brazos, mojándole los labios etc., etc.. Todo lo que os podáis imaginar y más y siempre con murmullos de ánimo e intentando hacer que su hermano hablase. Por la mañana me enteré que eran hermanos. Por la mañana, le vino a relevar una hija del enfermo. Otra lección de ayuda, cariño y entrega hacia su padre. Después de comer, hubo cambio de turno y la hija fue relevada por otra hermana de ella, con la misma o mayor dedicación. Me contaron que desde el accidente, todos los días había sido así.
 No quiero referiros la profesionalidad y diligencia de todo el personal sanitario. Limpiadoras, auxiliares, celadores, enfermeras y médicos que por allí pasaban. Uno se sentía totalmente seguro y sin temor ninguno, ¡estando en aquellas manos, no podía ser menos que recobrar la salud!
 Por la tarde me trasladaron a la planta de Neurología, donde seguí asombrándome y viviendo unas experiencias inolvidables, que espero contaros e la próxima entrada que haga en este blog.

4 comentarios:

  1. Xabres: lo primero, me alegro mucho que "sólo quede contarlo".
    Conocí bastante la vida en los hospitales y esta entrada me lo recuerda. Por un lado, no era tiempo de recortes, pero ya los servicios estaban exigidos al máximo. Y por otro, el lado humano que cuentas, es así. En general sale lo mejor de cada uno.
    Un abrazo y adelante!

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  2. Gracias, Xibeliuss. Aunque uno tiene la "parienta" relacionada con ese mundo, ya jubilada, no por ello deja de reconocer el esfuerzo de "otros" profesionales. ¡Son formidables!, y los pacientes, una vez dentro del hospital, la mayoría tiende a hacerle la vida agradable a los demás.
    Unha aperta.

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  3. Alédome de que todo quedase nun susto.
    Eu teño a meu pai enfermo e cada pouco estamos en urxencias do Meixueiro e sei o que contas e coincido en todo contigo.
    Esa xente traballo contra o estrés e fano marabillosamente. E eu sei que estamos nas millores mans que podemos estar.

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  4. Gracias, Paideleo.
    Os traballadores do Sergas, coido que son uns excelentes traballadores e moi responsables. Supoño que os que opinan o contrário o mellor tiveron unha nefasta experencia, ou son daqueles que pensan que eles son o embigo do mundo.

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